El 10 de marzo, antes del primer gran aguacero de Semana Santa que empezó a inundar la Sabana de Bogotá, el Tribunal de Cundinamarca aceptó el retiro de una millonaria demanda que la Universidad de La Sabana tenía en contra de la Alcaldía de Chía.
A través de la acción legal, la universidad buscaba revocar tres resoluciones de la Alcaldía en las que le notificó que no podía ampliar el campus a 30 metros de la ronda del río. Según La Sabana, esa decisión le estaba causando daños y perjuicios superiores a 152.000 millones de pesos.
La Alcaldía argumentó que, a partir del 2000 -tras la entrada en vigencia de su Plan de Ordenamiento Territorial (POT)- la ronda pasó de 30 metros a 150 metros.
Esto significa que todas las construcciones deben estar a esa distancia del río "por el riesgo de inundaciones y flujos torrenciales existentes en las rondas o zonas de protección del sistema hídrico".
Pero la Sabana le dijo al Tribunal que, tal como consta en una resolución del 29 de agosto de 1984 y en otra de 1991, a ellos les aprobaron un plan maestro que les permite construir a 30 metros. Además, pidieron que se les respetara ese derecho adquirido y se revocaran las resoluciones.
Y cuando el pleito estaba a punto de definirse, La Sabana desistió, a través de una carta firmada por su rector, Obdulio Velásquez, y por el alcalde de Chía, Orlando Gaitán.
El acuerdo
"Retiramos la demanda porque llegamos a un acuerdo con las autoridades para la aprobación de nuestra licencia urbanística para el desarrollo del campus", dijo el rector Velásquez.
Y explicó que en dicha licencia se contempla un límite de construcción a 30 metros del río, tal y como lo contemplan los permisos que han obtenido antes: "Se trata de un derecho adquirido, amparado por la Constitución", reiteró.
Cuando se le recordó la suerte corrida por los edificios cercanos al río, hoy inundados por segunda vez, dijo que el metraje no es la discusión y que asumen la responsabilidad de lo que pueda pasar.
"No está prohibido construir debajo de la cota del río, nosotros tenemos los permisos legales desde 1984 y lo que está claro es que en los últimos 70 años nunca se habían registrado estos niveles de lluvia. Tenemos estudios técnicos que muestran que esto no había ocurrido en el último siglo. Edificaciones a 150 metros también se inundaron".
Y anunció que la universidad liderará un proyecto -con expertos holandeses- que garantice el respeto a la naturaleza, al río y a la seguridad del campus. En todo caso, por las inundaciones, van a replantear la expansión de su sede.
¿Violando el POT?
EL TIEMPO preguntó en la Alcaldía por el acuerdo que menciona el rector, pero el jefe de planeación, Manuel Pinilla, dijo desconocerlo.
Lo que sí afirmó es que hay una medida de la CAR y una resolución de la Alcaldía en las que aceptan que los edificios de La Sabana se queden a 30 metros.
Sobre el peligro de inundación a esa distancia, dijo: "Eso fue técnicamente avalado por la CAR". Pero la CAR dijo desconocer ese acuerdo con La Sabana, y el alcalde Gaitán no responde los mensajes para explicar la situación.
En todo caso, un experto de la propia CAR advirtió que en temas de medio ambiente no hay derechos adquiridos y que el propio arco del Puente del Común advierte hasta dónde llega el agua en ese sector.
Otros casos similares, Clubes, casas de campo, fábricas.
La Gobernación de Cundinamarca y la CAR tienen un megaproyecto que contempla la compra de 210 predios de una de las orillas del río Bogotá para su adecuación hidráulica. Ya tienen aprobados 250 millones de dólares del Banco Mundial y ya han realizado el 40 por ciento de las adquisiciones. Según expertos, eligieron la orilla contraria a la Universidad de La Sabana porque es la menos desarrollada. En la otra hay clubes, casas de campo y fábricas muy cerca de la orilla del río, que hacen inviable su compra. En los casos en los que propietarios se nieguen a vender, se les aplicará la expropiación.
