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La Asamblea Nacional de Rectores de los centros de estudios superiores de Perú respaldaron hoy la posición de la Universidad Católica frente a una intromisión del Vaticano, que pretende controlar esa entidad educativa.
Un comunicado de la ANR cerró filas con la Católica ante la pretensión vaticana de que el conservador Cardenal Juan Luis Cipriani escoja un nuevo rector de la universidad de una terna presentada por profesores y alumnos.
Tal reclamo constituye "una clara agresión" a la legalidad peruana que garantiza la autonomía de las universidades, indicó el presidente de la ANR, Orlando Velásquez, en un comunicado público.
El rector de la Universidad Católica, Marcial Rubio, dijo que renunciará si la asamblea de profesores y alumnos acepta la exigencia confesional y señaló que un acuerdo entre El Vaticano y el Estado peruano establece que las universidades se rigen por la ley peruana, por lo que no puede aplicarse la instrucción eclesiástica.
El abogado de la Católica, Walter Albán, subrayó que la universidad no es confesional ni patrimonio de la Iglesia Católica, sino una asociación civil ajena a la estructura eclesiástica, aunque tenga el nombre de "pontificia" (papal), que consideró meramente simbólico y prescindible.
Rubio y Albán coincidieron en que Cipriani pretende controlar la universidad -de imagen progresista y amplia- y sus bienes, con un valor cercano a 400 millones de dólares.
Según el rector, el cardenal ha armado un escándalo por la desesperación de haber perdido el poder político que bajo el recién terminado gobierno conservador de Alan García lo apoyó en los juicios que mantiene con la universidad.
Rubio aseguró que la universidad no utilizará el poder político, como hizo Cipriani, quien ha insinuado que el centro de estudios puede emplear la influencia del ministro de Justicia, Francisco Eguiguren, ligado a la universidad.
Fuente: Argenpress