A través de la presente comunicación la Asamblea Permanente de la carrera de medicina aclara a los ciudadanos colombianos porqué continúa el cese de actividades académicas formales (las informales –dirigidas por estudiantes- continúan).
La Asamblea Permanente de la carrera de medicina es la manifestación de los estudiantes de la carrera de medicina, de la Universidad Nacional, en contra de la inestabilidad y falta de idoneidad de muchos de sus sitios de práctica. También es el ambiente que nos facilita participar en una búsqueda activa que, hecha o no desde los entes administrativos de la universidad, no ha sido efectiva. Nos ha permitido buscar la ejecución de un proyecto de Hospital Universitario propio de la Universidad Nacional cuyo fin trascienda la rentabilidad económica y busque eminentemente la rentabilidad social en términos de preparación de profesionales y atención de calidad para la población.
Como estudiantes buscamos que nuestra Universidad Nacional le dé al país los mejores profesionales y la investigación más pertinente, útil y aplicable a la realidad nacional.
Teniendo lo anterior como premisa, buscamos la obtención de un hospital que, como consecuencia de la propiedad de la Universidad sobre el y del ejercicio de la regencia académica y científica, se convierta en el ambiente en el que la universidad dicte libremente los modelos de atención, los modelos de docencia, las directrices en investigación y abra a los estudiantes los espacios que en otras instituciones, cuyo fin no incluye la formación, no se abren. Todo esto para asumir convertirse nuevamente en el referente nacional de atención y educación en salud.
Habiéndose firmado el convenio público-público con el Distrito de Bogotá, mucha gente asume que la deficiencia de sitios de práctica para los estudiantes de ciencias de la salud se solucionó. Asumir eso es precipitado ya que los hospitales públicos de Bogotá no están disponibles en su totalidad para la Universidad Nacional porque están ocupados desde antes por universidades privadas. Lo anterior implica:
1) La Universidad Nacional debe acomodarse en las plazas sobrantes de los hospitales y se ve forzada a dispersarse por todo el distrito ya que ningún hospital tiene las plazas necesarias para centralizar la escuela. La dispersión implica que no se puede tratar a los pacientes integralmente por especialistas de la nuestra escuela y dificultad para coordinar actividades académicas para todos los estudiantes inscritos en una misma asignatura.
2) La imposibilidad de dictar los lineamientos investigativos y asistenciales en los hospitales donde, a fin de cuentas, somos invitados.
3) Dispersión de esfuerzos investigativos.
4) Dificultad en el acceso a bases de datos (no se puede acceder a la red desde todos los centros hospitalarios del distrito).
5) Ausencia (no en todos los hospitales) de instalaciones que faciliten el bienestar de los estudiantes.
6) Inestabilidad de la relación universidad-hospital específico como consecuencia de su dependencia de la voluntad del gerente de turno.
Adicionalmente, la adjudicación del Hospital Tintal (centro materno-perinatal) a la Universidad Nacional no ha sido concretada.
También se ha mencionado la negociación con CAFAM, para que sea esa institución la que ponga los fondos para la ejecución del proyecto Hospital Universitario, como la solución a la falta de hospital universitario propio de la Universidad Nacional. Al respecto hay varias observaciones frente al convenio propuesto.
El convenio:
1) No garantiza la autonomía universitaria.
2) Subordina la organización del hospital solamente a los criterios empresariales de CAFAM de eficiencia, eficacia y productividad; no se encuentra reflejado en el convenio el enfoque eminentemente formativo que debe tener el Hospital Universitario.
3) Los servicios ofrecidos serán los que indique CAFAM, no los que necesite la escuela de medicina para formar a sus profesionales.
4) A pesar de ser CAFAM quien saca provecho económico de la actividad asistencial de los médicos en proceso de especialización (estudiantes de postgrado –residentes-), debe ser la Universidad Nacional quien construya un fondo cuyo propósito es brindar auxilio económico a dichos estudiantes.
5) Formalmente la obligación de CAFAM es destinar el edificio “exclusivamente para la prestación de servicios de salud y servicios conexos para su funcionamiento”, es evidente el papel secundario que tendrá la formación en dicha institución.
6) No hay claridad acerca de las garantías que deben tener los espacios, usados para la actividad asistencial, para la adecuada realización de la actividad formativa/académica.
7) CAFAM podrá aprovechar comercialmente los resultados de investigaciones hechas en el “Hospital Universitario”. Eso implica que CAFAM podrá vender/cobrar a cada colombiano lo que fue desarrollado por la universidad que pagan los impuestos de los colombianos.
Expuestas las anteriores situaciones, invitamos a los lectores a reflexionar acerca de las necesidades satisfechas y las necesidades insatisfechas de la escuela de medicina de la Universidad Nacional. Invitamos a los lectores a reflexionar acerca de la pertinencia y conveniencia de la ejecución del proyecto Hospital Universitario subordinado a las necesidades comerciales de una E.P.S. como CAFAM. Invitamos a reflexionar acerca del verdadero alcance del convenio suscrito entre la Universidad Nacional y el Distrito Capital en los días pasados.
Como estudiantes de medicina, comprometidos con el futuro de la Universidad Nacional y sus facultades, consideramos que la Asamblea Permanente en búsqueda de condiciones óptimas para el desarrollo de los programas curriculares sigue siendo necesaria ya que, dichas condiciones, no se han obtenido. Aún no hemos podido regalarle a nuestra universidad las condiciones para que explote al máximo el potencial de sus estudiantes y sus docentes..., seguiremos buscando darle ese regalo a la Universidad Nacional hasta lograrlo o hasta que el Estado Colombiano, en un comunicado formal, se oponga a que eso ocurra.
Estudiantes de Medicina
Universidad Nacional de Colombia
