Cientos de estudiantes de la Universidad de Puerto Rico realizaron el pasado jueves 8 de marzó una gran marcha en el Recinto de Río Piedras de la UPR para mostrar su repudio a la Reforma Universitaria, al nuevo Plan de Seguridad impulsado por la rectora Ana Guadalupe, y a la implantación de la cuota de $800, entre otras quejas.
El nutrido grupo de estudiantes alzó su voz para manifestarse a favor de una educación pública y en repudio a varias decisiones de la dirección administrativa. Con sus acostumbrados estribillos, como "no me llamen Upi, llámenme candela", continuaron en marcha hasta la Facultad de Administración de Empresas, entre otros departamentos.
Cuando llegaron a la Escuela de Derecho, los estudiantes condenaron al Comité creado por el gobernador Luis Fortuño para estudiar el proyecto de la Reforma Universitaria, y alegaron haber sido excluidos del proceso, una situación que algunos han catalogado como "antidemocrático". Los estudiantes también expresaron su repudio a algunos miembros del Comité, entre los que están la ex presidenta de la Junta de Síndicos de la UPR, Ygri Rivera.
Sobre el Plan de Seguridad, en información distribuida por las facultades, los estudiantes determinaron que el instalar vallas y cámaras de seguridad alrededor del campus, "plantea una posible violación del derecho a la intimidad, constitucionalmente garantizado y provee las condicionas apropiadas para perseguir y carpetear".
De paso, apuntaron que el nuevo director de Seguridad del Recinto tiene un historial de brutalidad policial, y que la recién contratada compañía, Guardsmark, está bajo la dirección de ex agentes de agencias de ley y orden a nivel federal.
Camila Rodríguez, estudiante arrestada en el campus durante el pasado receso académico por negarse a mostrar su identificación, explicó que la marcha es una expresión estudiantil contra la reforma propuesta que, según dijo, representa a los grandes intereses y a las empresas, y no a la comunidad universitaria.
Además, opinó que con el plan de seguridad la administración busca controlar a los estudiantes y reprimir las manifestaciones dentro del recinto.
Según Rodríguez, esta actividad servirá para “regar la voz de lo que está pasando en la universidad” de cara a la asamblea estudiantil que se realizara el próximo 13 de marzo.
“Queremos movilizar a los estudiantes a la asamblea y que tomen decisiones informadas”, dijo la estudiante.
Ante todas estas situaciones, hicieron un llamado para que los estudiantes acudan a la próxima Asamblea General de Estudiantes, a celebrarse el 13 de marzo a las 10:00 a.m. en la Pista Atlética.
