En el contexto de las diferentes reformas que se vienen implementando por parte del Gobierno Nacional, y atendiendo una de las coyunturas que mayor impacto y duración ha tenido en el territorio colombiano, la Asociación Nacional de Internos y Residentes ANIR realizó el día de ayer, 23 de mayo, un conversatorio sobre el derecho a la salud en Suecia y Colombia; estructura, financiamiento y condiciones laborales, donde se realizó una pequeña comparación entre los dos sistemas de salud que se tienen en ambos países, al igual que el hecho de realizar un breve diagnóstico de la situación actual del sector salud teniendo en cuenta sus antecedentes, remontándose a cambios y daños estructurales que han estado presentes por los últimos 18 años en Colombia.
Los panelistas invitados fueron el Senador de la República Jorge Enrique Robledo, el Presidente de la comisión de ayuda al paciente – Parlamentario Regional de Estocolmo, Suecia – Juan Carlos Cebrián, y el ex-Senador de la República Gustavo Petro Urrego.
Ponencia del Senador de la República Jorge Enrique Robledo – Crisis del sistema actual de salud
La ponencia que hace el Senador Robledo gira en tres temáticas que son:
1. La identificación de las problemáticas que sufren los colombianos respecto al tema de salud
En este sentido se planteó que la mayor crisis por la que pasa el país es el desangre que le vienen causando las EPS, situación que se viene dando en diferentes sentidos como lo son el sobre costo de los medicamentos y procedimientos, tanto de diagnóstico como quirúrgicos; el fraude por el recaudo de los dineros ganados por las tutelas; y el más importante por su connotación político económico, el hecho de tener un “Cartel”, ya no de drogas, sino de EPS.
Y es que este Cartel, conformado por 14 EPS – según el estudio de la Superintendencia de Industria y Comercio –, se ha conformado para así poder llegar a manejar el mercado mediante tres pasos y puntos fundamentales que son el mentirle al sistema de salud y al Estado; generar una negación de los derechos de los pacientes para así convertirlos en tutelas potencialmente rentables, como ya se mencionó tanto por procedimientos como por medicamentos; y lograr un alza de la UPC (unidad de pago por capitación), volviendo así el sistema de salud colombiano en un mercado más que productivo, rentable.
2. Las causas de las problemáticas que sufren los colombianos
Como causas de las problemáticas ya expuestas, el Senador Robledo señaló cuatro ejes fundamentales y estructurales que son:
a. La estructura misma del sistema
b. La no promulgación de la salud como derecho fundamental en la Constitución Política de 1991
c. El no control que ejerce el Estado sobre las EPS, debido a que se le da libre albedrío a las mismas de generar ese control frente a las demás, dejándoles así libertades de precios y tarifas, argumentado que la fiscalización estatal no es válida ni necesaria debido a que ellas van a entrar en una sana competencia, competencia que les deja ganancias cerca del 200% al 50.000%
d. La intromisión de las transnacionales en el sistema de salud
Estas cuatro causas nos muestran que las EPS al tener la libertad de gerenciar y administrar los servicios de salud y los recursos del sector salud, no solo generan sobrecostos, sino que se comportan como parásitos del Estado y del sistema; al igual que se “legaliza” en cierta manera la corrupción que se tiene en torno a los servicios de salud, legalización totalmente exportable y válida en otros sectores del país; y es que esta corrupción legal al igual que la corrupción “ilegal” – corrupción que aún está enterrada, bajo cuerda, tapada – comienza a ser vigente desde el mismo momento en que el ISS es liquidado, desmembrado y desaparecido, seguida por la toma de la Cámara y el Senado por las ambiciones de las EPS, dando como resultado la toma del poder por parte de las transnacionales al estar directamente involucradas en ese posicionamiento de las ambiciones en el ámbito político, desdibujando totalmente la soberanía de la nación.
3. Qué hacer para dar una real solución a las problemáticas padecidas por el pueblo colombiano
Ante el qué medidas se deben tomar, el Senador hace una claridad y es el hecho que muy probablemente, y al igual que con los carteles de la droga y de la mafia, el Estado entraría a tomar una posición en la cual los castigos hacia algunas EPS fuere el de la extinción de dominio, y con ellas a los altos encargados de dichas EPS; dejando en claro que en la misma medida, los predios y dominios que entren en esta situación, no van a tener un final social, sino que se van a perder en los rincones de las memorias de los colombianos, y al transcurrir un tiempo prolongado, estos bienes y demás volverían a entrar en el juego de la mafia. Y es precisamente en éste sentido que nosotros como colombianos, asegura el Senador Robledo, debemos contribuir y construir el cambio del sistema, y dicho cambio no se puede dar en otro sentido más que en la derogación de la tan lesiva Ley 100, acompañada ésta con la afinación de los controles del Estado y la derrota del gabinete neoliberal de la extrema derecha que hay actualmente en Cámara y Senado; y esta derogación y derrota se legitima mediante la movilización social, movilización que sea amplia y pluralista, donde quepan no solo los agentes activos de ciencias de la salud, sino todo el pueblo colombiano en respuesta a las necesidades de solución de las problemáticas ya planteadas anteriormente.
Ponencia del Presidente de la comisión de ayuda al paciente Juan Carlos Cebrián – Estructura y financiación del sistema de salud
En un segundo momento se tuvo la presentación del sistema de salud sueco, no con el fin de equipararlos, sino de hacer un balance entre las diferentes situaciones que se presentan en ambos países, teniendo siempre en cuenta las diferencias políticas y estatales que se tienen entre ambas naciones; y en este orden de ideas cabe resaltar que la base fundamental de dicho sistema de salud es el tener una buena sanidad fundamentada en dos pilares: la salud es para todos igual sean o no suecos, dándole un tinte pluricultural; y su financiación no depende del Estado central ni local, sino que depende de la generación de cierta cantidad de impuestos que es regulada por cada región, provincia o municipio.
Es en base a esta financiación respaldada por todos los ciudadanos de Suecia que no se generan derechos privados de salud, y en la medida que sus necesidades y requerimientos aparezcan ellos pueden exigir le sean retribuidos dichos servicios para garantizarle su recuperación y bienestar; teniendo así entonces como prioridad única la enfermedad y no la capacidad de pago del paciente. Ésta prioridad única está legitimada mediante la gestión de los servicios por parte de la empresa privada y el manejo de la financiación por parte del Estado, lográndose entre estos dos actores un contrato que en la medida que sea efectivo y eficaz se puede renovar.
Este sistema de salud lleva 8 años implementado, y es el seguimiento juicioso por parte del Estado y de otros actores sociales – como lo son los periodistas – que hace que el sistema sea transparente en su calidad e igualdad, teniendo en cuenta que no es la envergadura del hospital lo que lo hace bueno, sino el hecho de tener como única prioridad el tratamiento a la enfermedad. Cabe anotar que en la medida en que este nuevo sistema de salud se hace más fuerte, se van viendo ciertas necesidades no cubiertas, y es así como nace una “segunda etapa” de la implementación, al acercar aún más los puntos prioritarios a la comunidad, sacándolos del ámbito hospitalario (entendido éste como el Hospital Público) y llevándolos a los barrios, todo esto para que se haga una intervención a más corto plazo y más integral, incluyendo en éstos no solo la atención del médico general, sino articulándolo con las diferentes especialidades; esta segunda etapa es pensada no solo para ampliar la cobertura y reducir los plazos de atención en general, sino el poder tener una mejor vigilancia a los grupos etáreos más vulnerables como lo son la niñez y la tercera edad, en especial sobre esta última.
Ponencia del ex-Senador de la República Gustavo Petro Urrego – Estructura y financiación del sistema de salud
Por último el ex-Senador y ex-candidato a la presidencia de la República Gustavo Petro realizó su ponencia aclarando el hecho que aún cuando el derecho a la salud esté consagrado bajo el título de derechos colectivos, es un derecho fundamental, razón por la cual se puede entutelar, de otra manera no se podría realizar dicha acción, sin embargo recalca que esa definición de derecho fundamental es válido constitucionalmente y en la praxis gracias a cada tutela ganada, pero que en la realidad del diario vivir de los colombianos, más allá de la acción de tutela, no lo es; y es mediante la conversión de los derechos en mercancías, que ésta última claridad se vuelve tangible.
En este orden de ideas podemos observar que en un principio y mientras se implementaba la Ley 100, se tenía como fin llegar al año 2000, asegura el ex-Senador, con una unificación a la alta de los dos POS (subsidiado y contributivo), garantizando un real y total cubrimiento a la población colombiana tanto en tratamientos como en procedimientos; sin embargo hoy año 2011 tenemos no solo aún los 2 POS, sino que la brecha entre ambos es cada vez mayor y su unificación se tiene pensada a la baja, dejando por fuera así un sin número de situaciones que lo único que van a desencadenar es un empeoramiento de la salud de la población. Todo esto nos deja claro que la mercantilización de los derechos, de verlos como servicios, no garantiza el real ejercicio del derecho en la población, dejándola así desprotegida y abandonada.
Tomando un poco la mirada del sistema de salud de Suecia, y guardando las distancias, antes de 1993, asegura Petro, se tenía un modelo parecido, donde el centro y pilar fundamental es el Hospital Público, siendo éste regulado por el Estado, tanto a nivel financiero como administrativo, modelo que fracasó en su intento de darle legitimidad al derecho a la salud, generándose así una brecha pasando de un Hospital Público Estatal a uno dominado por el mercado, y dicha brecha se da cierta y claramente a partir de la implementación del modelo económico neoliberal en el país.
Siendo consecuentes con este gran diagnóstico de la situación actual del sistema de salud en Colombia, Petro recalca su propuesta de cambio teniendo como base que la salud es un derecho y al ser derecho se define como universal y gratuita, al igual el tener la claridad que el derecho a la salud implícitamente nos habla del derecho a la vida; es por estas dos convicciones que el sistema de salud que Petro propone se argumenta, buscando así posicional a la salud como pilar fundamental de la sociedad, generando una disminución de la enfermedad. Es así que este sistema interviene en la población antes que ésta desarrolle problemáticas mayores, convirtiendo al hospital como un agente activo y no pasivo como se tiene el concepto actualmente.
En un segundo punto se pretende llevar a los prestadores del servicio (médicos, enfermeras, promotor de salud) a la población, en un intento de implementar un sistema que ha dado buenos resultados en diferentes países Latinoamericanos tales como Costa Rica, Cuba y Brasil, donde se pretende responsabilizar al Estado de garantizar que todos los colombianos tengan acceso a ese derecho, donde se pueda realizar realmente esa articulación entre el médico y la familia, y así llegar al verdadero conocimiento del paciente y todo su entorno, pudiendo así dar un tratamiento integral que no solo vaya a atacar las causas biológicas.
Es importante destacar que al realizar un cambio estructural de un modelo que lleva más de una década de implementación, se debe pensar un periodo de transición en el cual el Estado debe tomar la responsabilidad del programa de prevención de la enfermedad en el marco de la Ley 100, formando así EPS estatales que tendrán una regulación no centralista, sino regional. Siguiendo esta lógica, se tiene como primer logro el hecho que el Estado es quien tiene los recursos y mecanismos de prevención y control en el sistema; sin embargo es difícil imaginarse que este cambio estructural se va a dar única y exclusivamente al calor del triunfo político de los debates que se generen en Cámara y Senado, sino que se debe construir de la mano de la fuerza social en las calles, una fuerza que al igual como lo plantea Robledo, sea amplia y pluralista, una fuerza social que sea no solo llevada por los trabajadores de ciencias de la salud, sino que sea realmente encausada por todos los sectores de la sociedad colombiana, debido a que precisamente en esa definición de salud como derecho fundamental, nos es inalienable a todos y cada uno de los colombianos.
Cindy Barreto
Estudiante UN – PRAXIS
Organización Conciencia Crítica