Eduardo García Vega, rector.
"La Universidad Tecnológica del Chocó era una de las pocas instituciones que se había salvado de la debacle en ese departamento, pero cabalga hacia el precipicio. Su rector, Eduardo García Vega, quien fue relegido por cuarta vez, la ha convertido en un fortín de la politiquería chocoana y en refugio de condenados por delitos contra la administración pública y de protagonistas de escándalos de cohecho".
Con esta fuerte acusación, José E. Mosquera, ha denunciado en varios diarios del país, la descomposición administrativa de esta IES con la elección, por cuarta vez, de García Vega.
El siguiente es el texto de su columna, denominada "Academia y sexo":
El poeta Miguel A. Caicedo Mena, describió al Chocó como una tierra “mágica y folklórica”. Un departamento rico, pero sitiado por la pobreza, el hambre, la violencia y la corrupción, en donde los pocos inmuebles han sido subastados a precio de obleas por una clase dirigente que en su afán de enriquecerse ilícitamente ha saqueado las instituciones públicas.
Una Universidad que debe ser el eje del desarrollo y la transformación social en su región se ha transformado en un apetitoso centro clientelista, donde se ha clausurado el debate y la controversia ideológica, sólo reina el culto a la personalidad como en los llamados “gobiernos progresistas de América Latina”. La eternización del rector García en el cargo es inconveniente, porque, además la carencia en innovación y el nefasto clientelismo académico que hay en dicha Universidad, lo más censurable es la protuberante corrupción académica que ningún estamento universitario se ha atrevido a denunciar.
El rector García fue relecto por unanimidad y ejerce un férreo control sobre todos los estamentos universitarios desde la organización estudiantil hasta los sindicatos de profesores y empleados. Su poder político traspasa las aulas universitarias hasta el punto que se ha convertido en un personaje clave en las elecciones de congresistas, gobernadores y alcaldes en el Chocó.
Más allá del poder que tiene en la Universidad y en el Chocó, quizás una de las peores cosas que están ocurriendo en dicho claustro universitario no es la descomposición administrativa que tanto se habla en los corrillos públicos, sino la corruptela académica que campea con los intercambios de calificaciones por plata, votos, sexo y favores políticos.
Pese a que la prostitución sexual en las Universidades es un fenómeno nacional en expansión en el caso de este centro universitario se ha desbordado. Las palabras que han puesto de moda determinados docentes cuando las alumnas pierden ciertas asignaturas: “tú estas sentada en la nota”. De hecho, algunos hacen con sus alumnas vergonzosos trueques de calificaciones o realizaciones de los trabajos de grados por favores sexuales. En otros casos los mismos profesores son los que hacen los trabajos de grados de los alumnos, “los asesoran” y luego les cobran.
Otros, que son fichas de las microempresas electorales en época de elecciones, convierten la cátedra en mercados persas de tráficos de calificaciones por votos.
La Universidad del Chocó ha crecido en cobertura y en campus universitario, pero su nivel académico ha decrecido y por la ausencia de estándares de calidad varios de sus programas no han sido acreditados.
Por la imperante dedocracia se nombran docentes con deficiencias académicas y cuestionamientos éticos. La producción académica de gran parte de ellos es deficiente, salvo los casos de tres o cuatro docentes que han publicados trabajos valiosos y que ameritan ser exaltados por la calidad y la profundidad de sus libros. Por el bajo nivel académico de sus egresados, estos han comenzado a ser vetados en las Secretarías de Educación en varios departamentos no por sus condiciones étnicas, ni por cuestiones de regionalismo, sino por razones de deficiencias académicas.