Más de dos años tuvieron que esperar los estudiantes para que -en medio de quejas, reclamos, protestas y lucha estudiantil- la División de Bienestar Universitario de la Universidad Industrial de Santander decidiera continuar con el proceso de adjudicación de cupos al servicio de residencias.
La situación más tensionante para los estudiantes se vivió la última semana de clases del semestre pasado, en donde mediante comunicados emitidos por el Doctor Isnardo Ardila, jefe de la División de Bienestar Universitario se solicitaba el desalojo “amablemente” del edificio a los estudiantes que residían en él, situación que ponía en grave riesgo la certeza de la continuidad del servicio.
Este acto generó gran indignación en la Comunidad Universitaria y al día siguiente en reunión sostenida con él, se concluyó la nulidad de la carta y una serie de compromisos adquiridos por el funcionario.
Los residentes y la Comunidad Universitaria en general ha recibido con optimismo la adjudicación de los nuevos cupos, en modo que algunos de los nuevos habitantes de la Universidad ya se han trasladado hacia el edificio que les corresponde.
Pero estudiantes denuncian que el proceso no fue del todo transparente, pues de los 25 estudiantes inscritos para recibir el beneficio, no clasificaron 7, de los cuales 4 son estudiantes que se han destacado por su activismo estudiantil y compromiso con el mejoramiento del modelo de educación; siendo valoración de la psicóloga encargada, el único criterio para su exclusión.
Por otro lado un hecho polémico se presentó la semana pasada al interior de Residencias (antes de la llegada de los nuevos residentes), pues una de las estufas fue mandada a reparar por la suma de 534 mil pesos, cifra que ha cuestionado la Junta de Residentes.
Carlos Monroy, representante estudiantil ante Bienestar Universitario fue el encargado de confirmar la noticia y se mostró satisfecho por el compromiso alcanzado. “Las Residencias Universitarias han sido una de las más grandes conquistas del Movimiento Estudiantil en la UIS, y los estudiantes debemos defender a capa y espada aquello que otras generaciones de compañeros consiguieron con gran esfuerzo” manifestó.
Por ahora solo resta esperar qué determina el estudio de vulnerabilidad del que tanto se ha hablado. Pues el futuro del edificio y su servicio aún está en el limbo.