Sintraunal presentó un pliego de peticiones a la administración de la Universidad Nacional. De ahí salieron unos acuerdos y justo cuando estaban por firmarse, la Ministra de Educación echó para atrás los compromisos, con el aval del rector del claustro académico.
Juan Carlos Arango, presidente de Sintraunal, narró lo sucedido: “Después de una asamblea permanente firmamos un acuerdo con la Universidad, ellos se comprometían a elaborar una propuesta conjunta con nosotros para un aumento salarial. La idea era que se terminaba el pasado 30 de noviembre para ser radicado el 11 de diciembre, al finalizar el año académico. Pero ese día, la Ministra, como presidenta del Consejo Superior en reunión con este, dijo que la propuesta no era “nada viable””.
Lo más descarado es que ella le preguntó al rector si la Universidad avalaba la propuesta y él guardó silencio. Por lo cual, ella entendió que no y el Consejo Superior la denegó. Ahora el acuerdo está incumplido, ad portas del periodo vacacional.
Sin embargo, Arango dice que esta situación no los detiene, “tan pronto como regresen de vacaciones, emprenderemos asambleas informativas y a principios del año próximo, entraremos en asamblea permanente. Porque no estamos dispuestos a que se burlen de nosotros”.
Entre los puntos fundamentales del acuerdo hay dos relevantes. Uno es un aumento salarial significativo. Porque hace más de 16 años los trabajadores escasamente han recibido los incrementos que define el gobierno. Por ello, un empleado con más de 20 años en un cargo gana en promedio 850.000 pesos y muchos de quienes están a punto de ganarse el derecho a la jubilación lo harán con un sueldo promedio de 650.000 pesos.
Sintraunal exige un aumento del 30% para el próximo año, y del 2% en los años subsiguientes por encima de lo que decrete el gobierno. Una cifra que en total no superará los 21 mil millones de pesos y cobijaría a más de 2.500 trabajadores en todas las sedes de la Universidad.
El otro punto es la carrera administrativa. El rector anterior en un acuerdo leonino del 2011, logró que el Consejo Superior le diera potestades especiales. Una de ellas es que él tiene la posibilidad de modificar la nómina de trabajadores, gracias a ello cambió cargos que hacían parte de la carrera administrativa para volverlos de libre remoción y así nombrar en ellos a su clientela. En consecuencia, el acuerdo consiste en reversar esta medida arbitraria.
El sindicato es consciente de la falta de garantías que les otorga la administración de la Universidad y saben que no la tendrán fácil, pues el único objetivo de la dirección al ofrecerles el acuerdo era que levantaran el paro que mantuvieron por varias semanas.
En: El día