Foto: Proes
Una mañana fría abrió las puertas de la NACHO Palmira, sus estudiantes, trabajadores y profesores dejaron a un lado las actividades cotidianas para empuñar lápices y pinceles que encarnaron la gran inconformidad y preocupación ante la infalible reforma privatizadora que dará la estocada final a la Educación pública y privada del país. La música, la aguapanela y las consignas dieron vida a los pasillos del claustro, los comentarios no se hicieron esperar, de una u otra forma se regó el bombo de lo que pasaba, los comprometidos movieron la conciencia de los indiferentes y así más de 500 personas entre estudiantes, profesores y trabajadores, bajo una fría llovizna que nunca apagó los ánimos emprendieron un solo grito y un solo paso por las estrechas calles palmiranas.
En medio del recorrido se avistó un grupo de uniformes de colegio, si, eran ellos acudieron al llamado eran los estudiantes de la Gaitán un colegio de uno de los barrios de Palmira, el rio de gente traía consignas vehementes, algunas cómicas, otras algo trágicas, el ingenio y el humor de los estudiantes caracterizaron de manera artística las agresiones del gobierno, era un monstro verde y agresivo que tuvo siempre la intensión de capturar la atención de los desprevenidos, los rostros taciturnos de los palmiranos se desviaba ante la muchedumbre enardecida que reclama lo más básico, lo que el poder siempre ha temido, un pueblo educado.
La plaza de Bolívar el punto de encuentro con la gente de la SUTEV, con el SENA, los compañeros de UNIVALLE, los colegios Cárdenas, Politécnico y los aguerridos jóvenes del Raffo, hervía de pueblo, hoy uno de los días más particulares de este bella Villa de las Palmas es el inicio de esta lucha, de los que nos negamos a entregar lo que queda de educación al capital privado, de los que creemos que Colombia necesita personas que se piensen los problemas del pueblo, no como llenarle los bolsillos a los explotadores, los que creemos que este país necesita artistas, filósofos, sociólogos, pedagogos, gente humana y no muñecos útiles de quienes han desangrado la dignidad de muchos colmbianos.
Hoy con la cabeza en alto le decimos al gobierno y a su maquinaria mediática, que los señalamientos y amenazas que aturdieron los noticieros del día anterior, no son eco en la fuerza, organización y conciencia del pueblo colombiano, que no tenemos miedo, que estamos convencidos que la mayoría, es la mayoría exigiendo que los rumbos de este país sean concertados, que ya es hora que los colombianos respiremos aire de justicia social y que para esto estamos dispuestos a cerrar filas, a hacer conocer cuál es la verdadera verraquera de los colombianos.
Foto: Proes
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Prensa Universidad
Desde las aulas hacia Colombia