martes, 3 de mayo de 2011

Crónica de un Primero de Mayo en Bogotá


Foto: Prensa Universidad

A las 3:25 de la tarde las palomas retornaban a la Plaza de Bolívar de Bogotá en señal de que las manifestaciones del Primero de Mayo estaban concluyendo. A esa hora ya sólo quedaban descansando algunos jóvenes de los que participaron en la última manifestación que entró a la plaza. Y con razón estaban descansando pues esta marcha venía desde extremos del sur de la ciudad desde las localidades de Usme, Ciudad Bolívar, Techotiva —como le llaman algunos sectores a la localidad de Kennedy— y Bosa. En contraste con la otra manifestación que llegó más temprano y que fue desalojada por el Esmad (Escuadrón Móvil Antimotines, cuerpo policial condenado este año por el Juzgado Administrativo 37 de Bogotá por la muerte del joven Nicolás Neira un Primero de mayo de 2005), esta marcha desde el sur no se dejó provocar por la actitud amenazante de los antidisturbios y entró a la plaza como símbolo del logro de haber recorrido la ciudad desde sus localidades llevando el mensaje de protesta contra las actuales políticas del Estado, como rezaban las consignas de las pancartas, las que se coreaban y las que se pintaban en letreros hechos en ventanales y paredes. La marcha contó con aproximadamente 2.000 personas y en ella destacaba la participación de muchos jóvenes y con presencia de sectores de la Marcha Patriótica, el Congreso de los Pueblos, la Minga de Resistencia Social y Comunitaria o Bareke de Techotiva con pancartas de varios colores donde están las caras del Che Guevara y de Camilo Torres y donde se pintan consignas contra el Gobierno actual y se hacen llamados a la liberación nacional y social, llaman a luchar y crear poder popular mientras apuestan por un Primero de Mayo combatiente con el sur y con la gente y por un Primero de Mayo internacional y revolucionario.



La marcha que llegó primero a la Plaza de Bolívar partió desde la concentración que se hizo desde la 9:30 de la mañana en el Parque Nacional (en el centro de la capital, calle 34 con carrera 7ª), paso por el Planetario Distrital contiguo a la Plaza de Toros Santamaría, donde se concentraron otros grupos de manifestantes. En esta marcha destacan una gran cantidad de sindicatos grandes y pequeños así como las confederaciones sindicales que los agrupan y también la participación en ese sector de muchos jóvenes agrupados en diversas organizaciones, algunas de carácter gremial como la FEU (Federación de Estudiantes Universitarios) y otras de carácter más político como el GRABO (Grupo Antifascista de Bogotá) o la Juventud Comunista. Otros como el Colectivo de Investigación Social, Ciudad, Territorio y Comunicación planteaban por medio de su propaganda un cuestionamiento sobre el papel de los grandes medios de comunicación en Colombia. Al lado de estos grupos marchaban campesinos de la región del Bajo Ariari que portaban pancartas de la Asociación de Campesinos para la Agricultura Orgánica y el Comercio Justo de la Afluencia de Río Cafre, otros campesinos de Vistahermosa (Meta), campesinos con pancartas de CorpoYari, San Vicente del Caguán y sindicalistas de la CUT y de la Federación Sindical Mundial.

Todo este gran sector estaba agrupado por las pancartas grandes, coloridas y bien hechas de la Marcha Patriótica que reivindicaban consignas sobre la solución política al conflicto social y armado, la realización de cabildos abiertos, la preparación de un paro cívico y nacional, todo dentro de la idea del logro de una Nueva y Definitiva Independencia. Más adelante frente al Museo Nacional estaban varias personas sosteniendo una pancarta de la Federación Colombiana de Trabajadores del Sistema Penitenciario y Carcelario denunciando la privatización, la militarización y las políticas de nueva esclavitud de las cárceles, exigiendo respeto a la carrera administrativa y la estabilidad laboral. Siguen personas con pancartas del Partido Comunista, del Polo Democrático Alternativo y del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos. Siguen estudiantes de la Escuela Superior de Administración Pública coreando consignas contra el Plan Nacional de Desarrollo y después sigue la Asociación de Trabajadores Campesinos de Valle del Cauca con una pancarta exigiendo «Una reforma agraria democrática y participativa».

Todo este trayecto de la marcha, que para entonces ya entra al centro de ciudad cruzando la calle 24 hacia el sur, es acompañada por el ruido amenazante de un helicóptero verde oscuro de la Policía Nacional. Al costado este de la carrera Séptima encontramos mucha gente amontonada a la entrada del Centro Comercial Astor Plaza porque están observando la exposición itinerante de fotografías de la memoria del tolimense Carlos Castaño (“el bueno”, como él mismo dice para que no lo confundan con el conocido paramilitar). Más adelante, entre las calles 23 y 22, empiezan a sonar las “papas explosivas” de algunos manifestantes (piedras cubiertas por fósforo que al estrellarse entre sí explotan provocando un gran ruido) mezcladas con el estruendo de las granadas de dispersión de la Policía que causan cierta alarma entre los transeúntes del sector y los manifestantes. La situación se pone más tensa cuando hay un conato de choque entre los antimotines que están apostados a lado y lado de la 7ª a la altura de la avenida 19, pero se pone más dura, pues parte la marcha en dos, cuando llega a la avenida Jiménez, donde hay un choque efectivo con el ESMAD que dispone de cuatro tanquetas y unos 50 efectivos.

Pasado este momento, la marcha del grupo que se quedó sobre el parque Santander se reanuda animada por el toque de un grupo de tambores y redoblantes. Llegados a la Plaza Simón Bolívar comienzan los discursos de algunos dirigentes de la CUT y de organizadores de la marcha, acompañada a lo lejos de estallidos que mantienen a la gente nerviosa. Habla un representante de los pensionados de Colombia, quien señala la necesidad de apuntar estas luchas y movilizaciones como la de hoy y la del 7 de Abril pasado —contra la reforma gubernamental de la Ley 30— hacia objetivos políticos como una nueva Constitución y la elección de «un Gobierno verdaderamente democrático». En el momento que entra el Sindicato de Trabajadores de Postales y que anuncian la presencia de Clara López, presidenta del Polo Democrático, llaman al secretario general de la CGT para que haga uso de la palabra. Ahí suena una “papa” que le mandan a los antimotines que están al lado de la catedral y las personas que están en la tarima llaman a no dejarse provocar. Los dirigentes de la CUT señalan que quieren confirmar su independencia respecto al Gobierno y señalan la inconveniencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) para Colombia y dan un saludo a los tres millones de damnificados por la reciente ola invernal. Suenan otros artefactos explosivos y el ESMAD empieza a tirar gases lacrimógenos que obliga a desalojar la plaza porque los gases no dejan respirar.

Un Primero de Mayo con dos marchas que caminaron una buena parte de la ciudad en contra del Gobierno de Juan Manuel Santos con su TLC, el Plan Nacional de Desarrollo y la reforma a la Ley 30 de la educación para avanzar en el proceso de privatización de la universidad pública. Las marchas convocaban a la unidad, a continuar la movilización social y a la preparación de una nuevo paro cívico nacional para el segundo semestre de este año. Esta convocatoria también se mostró solidaria con las luchas de otros pueblos, en especial con la de los pueblos árabes del norte de África. Con una gran participación de jóvenes y escasa participación del sector sindical. 

Fuente: http://notiagen.wordpress.com

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