Según avanza el diario oficial del gobierno, La Razón, la reforma de la ley educativa que próximamente será impuesta por el gobierno franquista, prohibirá a los menores de edad hacer huelga. José Ignacio Wert no se conforma con "españolizar" a los estudiantes, también los quiere silenciar.
Según publicaba ayer domingo el panfleto oficial del Gobierno franquista, La Razón, el anteproyecto de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) vuelve a estar sobre la mesa. El Ministerio de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, estudiará con las comunidades autónomas sus propuestas, pero se da por seguro que uno de los cambios que introducirá por ley es la supresión de las reuniones de estudiantes en horario lectivo.
La ley vigente (LOE, disposición final primera) permite que los alumnos, a partir de tercer curso de la ESO, puedan faltar a clase para reunirse, si antes lo ponen en conocimiento del director, sin que eso suponga sanción o falta de ningún tipo. De esta manera, los estudiantes podían tratar problemas comunes o preparar estrategias para la lucha estudiantil en los institutos. En la práctica, además, la medida ofrece la posibilidad de que los estudiantes menores de edad hagan huelga. El gobierno franquista quiera ahora acabar con este derecho de los estudiantes, que, según el panfleto oficial del gobierno, "fue una concesión del gobierno del PSOE al Sindicato de estudiantes".
El presidente de la Confederación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos y Padres de Familia (Concapa), Luis Carbonel, también se mostró de acuerdo con que esta posibilidad se suprima por ley: «No se debe permitir que los menores vayan a la huelga porque los padres son responsables de que sus hijos vayan al colegio y, de hecho, cuando algunos han querido practicar el ‘‘home-schooling’’ han sido denunciados en la Fiscalia de Menores y se les ha amenazado con retirarles la guarda y custoria».
Así, gobierno y padres católicos se ponen de acuerdo para que avance el nacional/catolicismo y retroceda la lucha estudiantil organizada.
Igualmente, la reforma avanzará en la propuesta del gobierno de "españolizar" a los territorios "rebeldes", así como recentralizar el modelo educativo para que se asemeje lo máximo posible al modelo franquista. El anteproyecto da mayor control al Gobierno al decidir el 65% de lo que estudian los alumnos en las comunidades con lengua propia y el 75% en el resto. Un 10% más de lo que ahora se tenía (55% y 65% respectivamente). Una de las preocupaciones principales es poder controlar las enseñanzas de historia.
De sacar la religión de la escuela pública y evitar así el gasto en profesores de religión que debe asumir el estado, calculado en más de 500 millones al año, nada se dice en el proyecto de reforma. El gobierno de los recortes sabe bien que una cosa es recortar en profesores de matemáticas o historia, y otra muy distinta tocar aquello que da sentido a todo el gobierno: el nacional/catolicismo como política de estado.
Religión en las aulas, masificación, privatización de la enseñanza pública vía recortes en los centros públicos y apoyo a los concertados y privados, y ahora también represión de la lucha estudiantil en los institutos, he ahí la política educativa del gobierno. Franco estará muy orgulloso de su pupilo Wert. Como de todo el gobierno...
En: Kaos en la red