A las más de dos semanas que completó en huelga de hambre el estudiante Albeiro Benítez, ayer se sumó la toma pacífica de parte de las instalaciones administrativas por un grupo de estudiantes de la Universidad de La Amazonía, en Florencia, para pedir atención de parte de la IES de temas básicos para la calidad de la institución, pero ni su rector, Leonidas Rico, ni los directivos enfrentan el tema.
Por el momento, Benítez, quien es el presidente del Consejo Estudiantil (CEUNAM), no levanta su huelga de hambre, pese al angustioso llamado de su madre al rector, para que evite la misma. Su situación aumenta la solidaridad del resto del estudiantado que comienza a ofenderse por la indolencia mostrada por la Universidad.
No ha sido posible buscar un espacio de diálogo pese a los buenos oficios del personero de Florencia, Héctor Mauricio Cuellar Pinzón, y del administrador de la Diócesis de Florencia, Obed Ramírez.
La situación está polarizada. Algunos estudiantes defienden la gestión del rector, a quien acusan de tener todo un "roscograma” dentro de la institución, mientras tanto se conoció otro comunicado firmado por la organización de profesores, integrada por los profesores que ingresaron en planta en el cuestionado concurso docente de 2010, que responsabiliza a los medios de comunicación por “amenazas y persecución” sin precisar su denuncia.
Por su parte, para el vicepresidente de Aspu, Aníbal Quiroga Tovar, el rector Rico Martínez “demuestra un desprecio absoluto por los intereses, conocimientos, competencias y valores de la comunidad académica, lo único que cuenta en la universidad son los intereses de su grupo político empotrado por familias en la administración”.
Quiroga describe la manera como, según él, actúa el rector: “Contrata por 8 meses al año a 106 profesores ocasionales y 258 catedráticos, a los Jefes de Programa que dirigen los Comités de Currículo; y por 9 meses a los Decanos que presiden los Consejos de Facultad; y a espaldas de los estudiantes y los profesores y con criterios de pertenencia a las familias, a los Vicerrectores. Todos juntos conforman el Consejo Académico y, además, eligen a un representante de ellos al Consejo Superior. Esa es solo una muestra de cómo la contratación y la voluntad de la administración le suspende la participación a la comunidad académica de carrera y empodera a los contratistas, a los que explota y domina por la necesidad del contrato al semestre siguiente para sobrevivir por otros 8 meses.”
Los motivos de la protesta de Benítez, así como unas asambleas permanentes realizadas por estudiantes de contaduría se basan fundamentalmente en solicitar mejores condiciones de calidad académica de la institución, como, por ejemplo, la enseñanza del ingles, la utilización de un software contable, la capacitación para las pruebas Saber Pro, la derogatoria del acuerdo 02 del 2011 que subió de 500 mil pesos a 1 millón de pesos el seminario como opción de grados, y el nombramiento por meritocracia del decano y del jefe del programa de Contaduría, entre otros aspectos. En si la gran incorfimidad de los estudiantes es por la ausencia de procesos de calidad en sus procesos de formación.
