Profesores y profesoras de la Universidad Distrital deciden un rechazo firme a la propuesta de reforma de la Ley 30 presentada por el gobierno. En asamblea general realizada el 20 de octubre también determinan acompañar a la asamblea permanente estudiantil que se realiza en todas las sedes de la universidad.
En este evento participaron cerca de 100 docentes y unos 300 alumnos de la facultad de Tecnología de la Distrital, sede en la cual se realizó la asamblea. Además hizo presencia el rector Inocencio Bahamón y los decanos de las distintas facultades.
El profesor Edgar Ortiz señaló que tras el análisis del proyecto de reforma universitaria decidieron apoyar la lucha estudiantil y declararse también en asamblea permanente. Los rectores de las universidades declararon a través de la Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN), gremio que los agrupa, su rechazo al proyecto. Además de su adhesión a esta posición, Bahamón respondió a las críticas de algunos estudiantes y afirmó que está de acuerdo con el movimiento y que no va a cancelar el semestre ni a cerrar la universidad. Recomendó igualmente flexibilidad en la posición y cuidado con las instalaciones físicas de la universidad.
Es importante señalar lo significativo de este momento para la Universidad, como señala el profesor Ortiz, ya que la representación del profesorado fue de «muy alta calidad» y también para él ésta ha sido la mejor asamblea de docentes que ha existido en toda la historia de la institución educativa por la cantidad de profesores que participaron, porque se llevaron informes de las asambleas que se realizaron en cada facultad y por el entusiasmo para apoyar el paro.
La actitud del gobierno
El profesor Ortiz considera que el gobierno de Juan Manuel Santos pareció tener en un principio una actitud distinta frente al comportamiento de los anteriores ocho años de Álvaro Uribe. Resaltó que si bien no marcaba una política totalmente diferente sí dejaba ver otro matiz cuando se comprometió con la Ley de restitución de tierras o garantizando cierto tipo de derechos laborales. Pero aclaró que en contraste está impulsando otras medidas que son continuadoras del anterior gobierno, principalmente con el recorte del tamaño del Estado en un proceso privatizador y con la ejecución de medidas que vienen orientadas desde organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional.
El mismo ponente cuestionó que lo único que cambió del proyecto inicial fue que no aparece el término “sociedades con ánimo de lucro”, pero lo demás sigue igual: la filosofía, la parte presupuestal y lo fundamental quedó de la misma manera. Eso se refleja desde el articulo 1º —«La Educación Superior es un derecho, un bien público basado en el mérito y la vocación, y un servicio público inherente a la finalidad social del Estado»—. La crítica al texto se sostiene porque aunque es contemplado como un derecho, «en el mismo artículo habla de éste como un servicio que se presta y por lo mismo se paga». En ningún lugar del articulado se menciona la obligación del Estado en garantizar este derecho. Además, Ortiz asume que el gobierno aceleró el proceso de definición de la reforma ya que la persona elegida para liderar este proceso, María Fernanda Campo, viene de un sector empresarial y eminentemente privado ya que dejó su cargo como presidenta de la Cámara de Comercio de Bogotá al ser designada como ministra de Educación.
Edgar Ortiz cree que el gobierno no calculó la respuesta que ha tenido el proyecto de reforma de parte del movimiento estudiantil, magisterial y social. El profesor considera que lo que se ha hecho hasta ahora es muy significativo y que la manifestación del 12 de octubre de 2011 fue ejemplar pues el movimiento estudiantil hacía mucho tiempo que no se movilizaba de esa manera, por el número de participantes y por la vinculación en masa de la universidades privadas: «La reforma es tan nociva que afecta hasta a la educación privada». Sigue diciendo que es un movimiento que va de menos a más y que en la medida que el gobierno pretende adelantar la reforma inflexiblemente, éste se fortalece y se consolida organizativamente, que la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE) irradia más su influencia y que la mayoría de universidades públicas del país hoy están en asamblea permanente. Eso se refleja más en Bogotá pues la capital de la República reúne el 40% de las instituciones universitarias.
La Mesa Amplia Nacional Estudiantil se fortalece
Para Lorena Romo, estudiante de la Universidad Nacional en Bogotá e integrante de la mesa que coordinó la reunión nacional de octubre, la MANE surge a principios de este año como parte de un proceso que se venía adelantando años atrás y que comenzó a tener aceptación desde el primer Encuentro Nacional de Estudiantes Universitarios que se realizó en marzo de 2010, después de mucho tiempo de dispersión del movimiento estudiantil desde las jornadas de lucha de los años 70 del siglo pasado.
El segundo se realiza en marzo de 2011 en el auditorio Camilo Torres de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional en Bogotá. Allí sus participantes evaluaron la existencia del proyecto de la reforma a la educación superior y vieron la necesidad de crear un espacio más amplio, de avanzar en la construcción de una organización gremial amplia estudiantil y proponen la creación de la Mesa.
Esta propuesta tiene acogida y aceptación de parte de las diferentes organizaciones estudiantiles que hay en el país como la Federación Universitaria Nacional (FUN), la Organización Colombiana de Estudiantes (OCE), la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios (ACEU), Identidad Estudiantil y otros sectores no sólo de universidades públicas, sino también de privadas, así como estudiantes de secundaria y del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA).
La MANE se constituye en agosto de 2011 en una reunión donde asisten más de 1.000 estudiantes de todas las regiones del país, realizada en la sede de la Macarena de la Universidad Distrital de Bogotá. Allí sus integrantes plantean trabajar la consolidación de este nuevo espacio en tres áreas: organización, movilización y programa.
En cuanto a la organizativo, Lorena Romo dice que se construye a partir de la unidad de acción frente a la propuesta del gobierno llevando esto «hasta las últimas consecuencias si es necesario» y entiende la MANE como un paso en la construcción de una única organización del sector estudiantil colombiano. Para su funcionamiento se conforman dos comisiones —derechos humanos y comunicación— y se constituye un comité operativo que ejecute las definiciones de la Mesa y convoque sus reuniones.
En cuanto a la movilización, la MANE definió la marcha de protesta del 7 de septiembre y acordó adelantar un paro nacional si el gobierno presentaba el proyecto de reforma de la ley, lo cual se hace efectivo así como la convocatoria al paro nacional que comienza con la movilización del 12 de octubre.
En lo programático la MANE construye el Programa Mínimo de seis puntos: 1) financiación plena de la educación por parte del Estado; 2) defensa de la autonomía y democracia universitaria; 3) calidad académica sin estandarización de los programas, descongelamiento de la planta docente y aumento de la cobertura sin detrimento de la calidad; 4) garantías de bienestar universitario; 5) respeto y garantías democráticas y de movilización; y 6) construcción de la universidad ligada a la sociedad en elementos como un nuevo modelo pedagógico, pertinencia de la investigación o educación para la paz para la solución política del conflicto social y armado.
La MANE es importante porque representa la unidad del movimiento estudiantil en Colombia en este momento tan importante, afirmó Lorena Romo. Eso mismo lo reafirma el profesor Edgar Ortiz al señalar que es algo que no existía en el país hace mucho años, prácticamente desde 1971 cuando existió un movimiento estudiantil a nivel nacional. Esto ha permitido desarrollar una actividad con mucha creatividad, con estudio profundo de los argumentos que están en el debate sobre la propuesta del gobierno y la necesidad de plantear una propuesta de parte de estudiantes, docentes, trabajadores y trabajadoras de las universidades y madres y padres; con actividades que han ido sumando más personas a esta causa.
El docente Ortiz valora que el movimiento ha sido bien conducido porque ha tenido marchas, protestas y tomas de instalaciones y destaca que los estudiantes han demostrado que quieren enterarse al máximo de lo que significa la reforma e ir más haya planteando que se necesita otro tipo de educación en el país: gratuita, de calidad, con autonomía y al servicio de la sociedad.
Proyecciones del movimiento
Una de las conclusiones principales de la reunión nacional de la MANE del pasado 15 y 16 de octubre en la sede Bogotá de la Universidad Nacional es que el paro continúa hasta que el gobierno no retire el proyecto de ley. Ante la posibilidad de que los Consejos Superiores de las universidades cancelen el semestre académico, Lorena Romo afirma que la gente es consciente de ese riesgo pero que «es preferible perder un semestre y no el derecho a la educación».
El espacio del paro indefinido que existe en más de 30 universidades públicas del país sirve para adelantar el debate sobre la parte programática difundiendo y fortaleciendo cada uno de los puntos del Programa Mínimo. Los próximos 12 y 13 de noviembre volverá a tener lugar un encuentro nacional de estudiantes que proyectará estas cuestiones, en un lugar que está por definirse. Para hacer seguimiento a este debate e ir recogiendo los aportes se creó la comisión académica. Respecto a la proyección del movimiento, Ortiz señala que este problema no es sólo de estudiantes, pues es algo que afecta el conjunto de la sociedad porque en Colombia cada vez es menos posible la superación personal o tener un trabajo que sea decente. Además sostiene que la privatización que han sufrido todas las empresas que prestan los servicios públicos como la salud y la educación hace que las esperanza de una vida digna se esfume para la mayoría de la gente. «Nos involucra a todos porque un país que invierte el 3,7 % de su Producto Interno Bruto en la guerra y sólo el 0,69% en educación está destinado el fracaso y a la violencia».
Por esa razón tanto Lorena Romo como Edgar Ortiz apuntan que la acción del movimiento va a estar encaminada a lograr que otros sectores de la sociedad se involucren en esta lucha comenzando en un primer momento con madres y padres de los estudiantes universitarios. Con este esfuerzo, esperan que exista una mayor comprensión y apoyo a la próxima movilización nacional que se realizará el 26 de octubre.