martes, 10 de abril de 2012

Estudiantes chilenos: de las demandas gremiales al movimiento social


Las movilizaciones estudiantiles por reformas educativas que paralizaron Chile en 2011, pretenden convertirse en un movimiento en el cual converjan los diferentes sectores de la población para la búsqueda de un verdadero cambio social.

Con motivo de celebrarse en Cuba el aniversario 50 de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), una delegación del país suramericano visitó la isla para intercambiar experiencias y difundir la realidad en torno a un movimiento muchas veces manipulado por los medios internacionales.

Camila Vallejo, una de las principales figuras del movimiento, y Karol Cariola, secretaria general de las Juventudes Comunistas de Chile, compartieron con los cubanos la situación de su país y las razones de la lucha.

Ante una pregunta de Prensa Latina durante un encuentro con medios nacionales, Vallejo apuntó que entre los principales objetivos de los estudiantes está reforzar la agenda interna e internacional, de forma que se logren alianzas para el cambio de la situación imperante en muchos estados.

Recordó que la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) y la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile -de la cual es vicepresidenta- son miembros de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (Oclae).

Esos espacios de convergencia, consideró, nos permiten plantear programas con horizontes comunes y generar mejores instancias de levantamiento a nivel mundial, pues, aunque existen diferencias en las condiciones de cada nación, muchos de nuestros problemas son similares.

En ese sentido, Cariola hizo referencia a los viajes de varios líderes estudiantiles chilenos a diferentes países europeos y latinoamericanos, entre ellos Argentina, Ecuador, Alemania, Suecia, Suiza, Italia y Bélgica, donde han podido exponer los principios de su accionar.

Cuando estuvimos en Europa, señaló, muchas personas nos manifestaron su creencia de que América Latina representa hoy la esperanza del mundo, debido al auge de gobiernos revolucionarios existente en el continente.

Sin embargo, en medio de ese contexto Chile constituye una excepción, porque continúa siendo el baluarte del neoliberalismo y la derecha se ha consolidado cada vez más en el control del poder, manifestó.

CHILE: BASTIÓN NEOLIBERAL

Cariola y Vallejo coincidieron en señalar que las manifestaciones estudiantiles no pueden verse como elementos aislados y propios de un solo grupo, pues ellas representan también la insostenibilidad de un sistema que asfixia a la sociedad.

Según Cariola, Chile fue víctima de una de las más crueles dictaduras -la de Augusto Pinochet, quien consumó un golpe de Estado contra el gobierno constitucional de Salvador Allende, en 1973-, la cual dejó un modelo económico y político fuertemente insertado en cada rincón del país.

El neoliberalismo comenzó a desarrollarse como experimento en Chile y los medios de comunicación han construido una falsa realidad en la cual parece funcionar, pero en la práctica solo beneficia a las elites y provoca deshumanización social, explicó.

Eso se traduce, comentó, en grandes niveles de desigualdad, con una marcada división de clases y problemas para el acceso de los más pobres a los servicios básicos, lo cual llegó al punto de ser asumido como natural por la población.

Al decir de Vallejo, uno de los principales logros del movimiento ha sido conseguir que las personas se solidaricen con él y tomen consciencia del grado de desnaturalización en el que se encuentran.

En la actualidad, afirmó, la mayoría de la población está de acuerdo con una educación gratuita, a la vez que considera que el poder no puede seguir concentrado en las fuerzas gobernantes y comprende la necesidad de un cambio de Constitución.

CRISIS EN LA EDUCACIÓN: DEMANDAS

De acuerdo con Karol Cariola, uno de los catalizadores del movimiento fue la comprensión de que la enseñanza estaba siendo una herramienta para someter y adaptar a los estudiantes a un status quo bien establecido.

No había empeño en preparar a los jóvenes para la democracia y darles una formación cívica, sino que los esfuerzos se concentraban en crear autómatas representantes de un orden y una política jerárquica y mercantil, expresó.

Vallejo respaldó esa opinión al manifestar que la educación estaba en función de un proceso de colonización de las consciencias, e incluso en la esfera del sector público había calado la hegemonía de mercado presente en todos los niveles de escolaridad.

Los primeros meses de 2011 realizamos demandas como el aumento del gasto público en la educación superior, la democratización del sistema educativo -con la participación de estudiantes y funcionarios en órganos administrativos-, entre otras relacionadas con problemas muy gremiales, recordó.

Sin embargo, agregó Vallejo, rápidamente nos dimos cuenta de que no se trataba solamente de pedir financiamiento o gratuidad, sino de pensar qué modelo de educación queríamos construir en función de una sociedad distinta.

Ambas líderes juveniles consideraron que es necesario construir un modelo educacional basado en la garantía constitucional, democrática, con un proyecto de desarrollo nacional distinto al neoliberal que ponga el acento en el ser humano y no en los intereses de determinado grupo.

GESTACIÓN DE UN MOVIMIENTO SOCIAL

No queremos cambios profundos en el futuro, sino en el presente, y las acciones que estamos llevando a cabo son la forma de tomar las riendas de nuestra sociedad, declararon Vallejo y Cariola.

Estuvimos más de seis o siete meses con movilizaciones, asambleas territoriales, marchas, y a pesar de eso, hasta hoy las demandas del movimiento no se traducen en proyectos de ley, debido a la existencia de una mayoría en el Parlamento que es contraria al deseo ciudadano, explicaron.

Para justificar esa negativa, apuntó Vallejo, alegan la carencia de medios económicos; por eso manifestamos que se deben nacionalizar los recursos naturales y elaborar una reforma tributaria según la cual los ricos contribuyan más, pues sobre los pobres recaen altos impuestos.

Es necesario realizar cambios en el sistema político y económico, y para ello, es preciso hacer transformaciones en el propio movimiento, ya que los estudiantes solos no podrán revertir el estado actual de nuestra sociedad, resaltó.

Según Cariola, para acabar con el modelo neoliberal es necesaria una articulación en red, mediante la cual se fortalezca el movimiento social en el plano orgánico, político y programático.

A la hegemonía del neoliberalismo se le han generado fisuras, porque sentidos comunes que estaban muy implantados han ido desterrándose, pero el modelo no está derrotado en lo absoluto y posiblemente se restablezca y refuerce, valoró.

Para Vallejo, entre las principales metas del presente se encuentra la de construir un movimiento que tenga vocación de poder, promueva una propuesta alternativa de sociedad y, al mismo tiempo, evalúe la forma de implementarla.

Es preciso que el movimiento vaya a la disputa del espacio en la esfera política institucional, estamos llevando al pueblo la vocación de poder y el deseo de que decida auto representarse, enunció.

En este momento, consideró, Chile necesita el apoyo y la mirada de toda América Latina, necesitamos la solidaridad y la experiencia cubana, que para nosotros representa una gran esperanza, pues el de la isla es un ejemplo a seguir.

Sin embargo, aclaró, eso no significa que queramos copiar un modelo, pues se trata de países con características y realidades diferentes, y nuestra intención es llevar adelante una revolución con sabor a vino y empanada, o sea, bien propia de nuestra nación, concluyeron.
 
Fuente: Prensa Latina

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