EL VICERRECTOR DE SEDE, DIEGO HERNÁNDEZ LOSADA,
UN ACTOR INCENDIARIO EN ESTE CONFLICTO LABORAL
Desde que los Trabajadores decidimos dar inicio a una nueva ASAMBLEA PERMANENTE para exigir de la Dirección de la Universidad Nacional de Colombia la realización de las gestiones necesarias para que nuestra justa propuesta de ajuste salarial hiciera el tránsito correspondiente por las instancias del Gobierno Nacional, así como la devolución de 126 cargos a la carrera administrativa para de esta manera dar cumplimiento a lo acordado el pasado 18 de marzo, el Vicerrector de la Sede Bogotá, Diego Hernández Losada, decidió auto-involucrarse en el conflicto laboral como actor dedicado a entorpecer e incendiar los ánimos de la comunidad universitaria y de la opinión pública en contra de los Trabajadores que estamos en Asamblea.
En efecto, el vicerrector Hernández desde el mismo día de inicio de la ASAMBLEA PERMANENTE decidió iniciar sus demostraciones de poder haciendo presencia en nuestra CARPA con un séquito de personas pertenecientes a su cuerpo directivo, con el ánimo de intimidar a quienes en ese momento se encontraban en este lugar, tomándoles fotografías y filmándolos para, esa misma noche, dar la orden de que los vigilantes se encerraran en las Facultades, cerrar la puertas de la Universidad y hacer entrar la policía para capturar a los Trabajadores y judicializarlos por “secuestro”. Esta estratagema quedó evidenciada al salir el mismísimo vicerrector Hernández a declarar a los medios masivos de comunicación, convocados por él a primera hora de la mañana, que quienes estaban en el Campus se encontraban “encapuchados”, “con distintivos” y que tenían “secuestrados” a 15 de sus vigilantes. Por supuesto, los Trabajadores nos vimos en la necesidad de desmentir también públicamente las falaces y tendenciosas aseveraciones del vicerrector.
No conforme con esto el vicerrector en un nuevo gesto provocador, decidió aparecerse nuevamente en la CARPA esta vez con el pleno de su Consejo de Sede, cuando justamente se desarrollaba una Asamblea General de Trabajadores que contaba con la presencia de gran número de estudiantes. Esta nueva ronda de poder del vicerrector tenía como único objetivo amenazarnos con la recuperación del Campus ordenando la entrada de la fuerza pública, lo que generó la inmediata reacción de los Estudiantes y Trabajadores allí presentes y, en medio de una silbatina generalizada, el vicerrector decidió abandonar el Campus universitario con su séquito de directivos profesores, para salir a decir unas pocas horas después en los medios de comunicación y a través de comunicados oficiales que la razón de su visita era “entablar el diálogo” con los Trabajadores, todo esto a sabiendas de que él no hace parte de la Mesa Negociadora y que nunca ha sido nombrado como interlocutor entre Trabajadores y la Administración.
Nada contento con el fracaso de su nuevo intento por reprimirnos y con la clara intención de generar terror, decidió seguir amenazando constantemente a los Trabajadores del Comité Pro-Mejora Salarial con el desalojo, utilizando la fuerza bruta del Esmad, pero en sus cuentas no estaba que los Trabajadores, ofendidos por sus agresiones, levantaran la cabeza con dignidad para defender sus derechos y sus justas exigencias.
Dos días después, en horas de la madrugada los Trabajadores y Estudiantes que se encontraban en la CARPA haciendo una ronda de seguridad por el campus, se encontraron con cuatro personas ajenas a la Institución al interior de la Facultad de Ciencias Económicas manipulando las chapas con herramientas y otros instrumentos que les fueron decomisados. Por supuesto, estas personas fueron filmadas y expulsadas del campus universitario con el acompañamiento del cuerpo de vigilancia de planta de la Universidad. Creemos que en esta oportunidad, la posible pretensión del Vicerrector Hernández era dañar chapas y otros bienes de la Universidad, como un intento más de generar otro de sus falsos positivos para poder acusar al Movimiento de Trabajadores como una minoría de “violentos”, “vándalos” y “criminales”, como lo ha hecho ver en distintos medios de comunicación desde el inicio de nuestra justa Movilización.
Pero no conforme con todo lo anterior, el vicerrector de la sede Bogotá decide emprender la siguiente acción provocadora y al día siguiente de este suceso, de manera arbitraria, desmedida e irresponsable, se le ocurrió quitar las puertas de las entradas vehiculares de la Universidad y, al parecer, la orden era quitar otras 132 puertas más de los edificios de todo el Campus; al mismo tiempo, expidió una comunicación informando a la Comunidad Universitaria de una supuesta normalidad con el ánimo de generar confrontaciones entre los estamentos universitarios. Toda la comunidad universitaria que hizo presencia en el Campus, pudo comprobar una vez más las mentiras del vicerrector porque no había normalidad pues la ASAMBLEA PERMANENTE de Trabajadores continuaba sin modificaciones.
Dado que sus diversas estrategias no funcionaban, el vicerrector Hernández se dedicó a amenazar a los Trabajadores con judicializarnos, con la apertura de procesos disciplinarios y con la firma de listas “oficiales” de asistencia, para así tratar de mellar la voluntad y la moral, y exacerbar el terror entre los Trabajadores para que desistiéramos de continuar en la lucha por un salario justo, decente y digno.
Por último, el vicerrector Hernández decidió llamar a una reunión de Profesores para tratar de ganar consenso con respecto a las medidas represivas que viene adelantando en contra de los Trabajadores estrategia que, al parecer, no le salió muy bien pues a pesar de lo que él esperaba, no existe una posición unánime entre los Profesores a favor de la salida militar a este conflicto. Aún así, el vicerrector nuevamente le hace el llamado perentorio a todo el estamento docente para que se presente en las Facultades, con la posible intención de generar confrontaciones con los Trabajadores que, en el marco de su ASAMBLEA PERMANENTE, hicieran presencia en los edificios. Dicha estrategia arrojó como resultado el enfrentamiento entre Trabajadores y unos pocos Profesores en el Edificio de Química, siendo el único incidente que se presentó y convirtiéndose en uno más de sus fracasos, pues Diego Hernández no consiguió la polarización entre la comunidad universitaria que pretendía. Queda demostrado que con ese tipo de acciones desesperadas, lo único que ha querido lograr el vicerrector es la ruptura del tejido social al interior de la Universidad, apostándole, de esta manera, a la vieja estrategia del “divide y reinarás”, pero su torpeza no le ha permitido fraccionar a la comunidad universitaria.
Como si esto no fuera poco, la Dirección de la Universidad decide suspender los grados en los Auditorios del Campus con el supuesto argumento de que estos espacios “están en poder de los Trabajadores” lo que, según las directivas, dificultaba las condiciones de seguridad de los graduandos y sus familias. Esta fue otra acción malintencionada que pretendía poner a la comunidad universitaria en contra de los Trabajadores, pero se le convirtió en otra salida torpe porque, de manera previa, los trabajadores agrupados en el Comité Pro-Mejora Salarial habíamos informado por diferentes medios de comunicación que los grados jamás serían entorpecidos por nuestra ASAMBLEA PERMANENTE, toda vez que en nuestros métodos no está utilizar los eventos que son de importancia para la comunidad universitaria y sus familias como estrategia de presión para lograr una salida al conflicto, principio en el que nos diferenciamos radicalmente de la dirección universitaria.
En resumen, en este conflicto de índole laboral se auto-involucró un actor –el vicerrector de la Sede Bogotá, DIEGO HERNÁNDEZ LOSADA– quien con sus medidas ha pretendido no solo lograr los aplausos y favores del Gobierno para llegar a la Rectoría, sino perpetrar su venganza personal en contra de aquellos que han osado sobrepasar los límites de su disciplina militar y autoritaria, o salirse del redil en el que pretende meter a la comunidad universitaria para que obedezcan de manera silenciosa y sumisa sus designios.
Los Trabajadores creemos firmemente que en la Universidad Nacional de Colombia no puede desaparecer la discusión y la confrontación de las ideas, sino que se debe propender por la salida negociada a los conflictos cualquiera sea su naturaleza. Seguimos convencidos de que el actual conflicto laboral tiene la posibilidad de solucionarse si existe la suficiente voluntad política y que, definitivamente, a los Trabajadores nunca se nos podrá endilgar el mote de vándalos o criminales por el hecho de exigirle a las directivas universitarias que honren sus compromisos y la palabra empeñada, en lo referente al fortalecimiento de la carrera administrativa universitaria y a la realización de las gestiones ante el Gobierno para conseguir un justo aumento salarial luego de 17 años de olvido y de normalidad laboral y académica.
Comité Pro-Mejora Salarial
Trabajadores de la Universidad Nacional de Colombia
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comitepromejorasalarialun@gmail.com